lunes, 15 de septiembre de 2014

Septiembre

Toda una vida engañados. No sé yo si con el calendario juliano ya iba así el curso escolar o es cosa del gregoriano, pero me vais a perdonar la herejía: para mí el año empieza en septiembre. Los buenos propósitos son ahora y no en enero. 




En el mes de la epifanía del Señor hacemos promesas bajo los efectos del alcohol y los dulces de tradición navideña (cada uno los suyos). La mezcla de sustancias etílicas y azúcar (en ocasiones se le suman marisco y cabrito) nos lleva a formular gilipolleces del tipo: "me voy a cuidar más.", "iré al gimnasio cada día","no dejaré que el/la imbécil de mi jefe/a me pisotee", "dejaré de ser paño de lágrimas de esa amiga que no me escucha" y blablabla.




En septiembre, por el contrario, nos ceñimos más a la realidad (es lo que tiene salir de las vacaciones) y nuestros postulados son mejores: "voy a echar el Euromillón cada semana para vivir de eternar vacaciones", "cada mes ahorraré un poco para las vacaciones del año que viene", "me cojo billetes para Navidad y a la familia ya la veremos un finde largo" y así un largo etcétera de útiles y maravillosas ocurrencias.




La vuelta al cole es dura pero es lo que hay y debemos suavizarla con cosas rebonitas, como por ejemplo:


  • Una película: que la "Boda de mi mejor amigo" no es peli de culto lo sabemos todos. Pero me vais a perdonar el desliz. ¡Qué grande ese momento musical! ¡Qué grande Rupert y qué divina Julia!


  • Un libro: como no todo van a ser risas, os recomiendo un libro exquisito. Que debiera ser lectura obligada en el mundo. "San Manuel Bueno, Mártir" de Miguel de Unamuno. Si ese libro no es completo no lo son los cereales de vuestro desayuno.


  • Comida rica: aquí me meto en un berenjenal y me monto una tostda con escalibada y queso de cabra para cenar que sube la moral de golpe. 


  • una canción maravillosa:



  • Y alcohol. Yo soy de cerveza. Cada uno que elija su brebaje.

¡Buen inicio de año!