miércoles, 30 de julio de 2014

Veraneando I


En verano hay que darse a la vida ociosa. En esta casa, además de seguir con atención el afamado blog profesional de mi archienemiga, no se nos ocurre mejor plan que ver películas y series. Así que este post ligero y veraniego va de eso: de sentarse en el sofá y disfrutar.




Hoy os recomiendo series. Las he elegido de una o dos temporadas porque también hay que salir a la calle a terracear.

La primera serie que os recomiendo, por su calidad y brevedad, sólo una temporada, es Studio 60. Serie con actores maravillosos que tiene como guionista al laureado Aaron Sorkin al que conoceréis por la mítica, y favorita de Mr. Xarin, El ala oeste de la Casablanca ( The West wing) o por la vigente y cuestionada The Newsroom. Studio 60 hay que verla y punto.




La segunda serie es Life on Mars, dos temporadas. La canción de Bowie que da nombre a la serie no es lo único bueno. Es británica, con una buena historia, buenos actores y de obligado visionado. Los estadounidenses, que son unos copiones, hicieron una versión regulera que sólo tuvo una temporada. No os digo de qué va. Veis el piloto y ya.





La última serie que os recomiendo es más actual y me va a hacer parecer menos intelectual, pero como pocos vais a leer el post entero pues me la juego. Don't trust de B in Apartment 23. Tiene dos temporadas, es una comedia bastante absurda pero sólo por ver a  James Van Der Beek, el santorro Dawson, interpretándose a si mismo, merece la pena.




Os dejo con dos canciones y las pelíulas las dejo para la próxima semana. Janis Joplin y David Bowie. 







viernes, 18 de julio de 2014

La vida es un festival

Hace más de un mes que empezó esa época del año en la que cada pueblo tiene su festival. En este blog de culto aborrecemos la modernez y es por eso que me voy a marcar una regresión a la infancia y os voy a poner las canciones que para mi huelen a verano.*


Pocos niños han sido más adorables que Antonio y Carmen. Sí, los hijos de Rocío Dúrcal y de Junior. Maravillosas Sopa de amor y  La tristeza del electrón pero me quedo con Entre cocodrilos.




Es justo y necesario que en este post aparezca Onda Vaselina, ayyy ¡Qué triste es el primer adiós!. Me pongo hasta nostálgica y planto dos canciones: Quiero salir de vacaciones. Pongo tres que estoy muy loca hoy que es viernes Vámonos al mar. ¡Las pondría todas!






Los Inhumanos son un clásico de los veranos; y de las borracheras, claro. Recuerdo cantar sus canciones en el trayecto de autocar de unas colonias. ¿A quién no le ha dolido la cara de ser tan guapo?


Gracias a La Década Prodigiosa conocemos temazos. Me quedo con el mix de los 80. 




Acabo con Enrique y Ana y su temazo sobre el panda. Amigos y amigas, ¡quiero un Panda! ¡Feliz fin de semana!





*La pobre Moneypenny se las ha tragado (y bailado) todas. 

NOTA: A veces creo que, en lugar de en un blog de culto, escribo en eso de "yo fui a EGB". Mil disculpas. 

jueves, 10 de julio de 2014

¿Desconectas o cargas las pilas?

Hace un par de posts (no quiero confirmarlo, pero me temo que literalmente) os estaba cantando los mayos y resulta que así, a lo tonto, estamos a un tris de cantar el "pobre de mí". Si la vida 2.0 pasa rápido, en este blog de culto y al alimón vamos como un tren bala chino. Sí, como un tren bala chino, en los blogs de culto tenemos siempre como referente el lejano oriente. ¡Ah! Y las minorías étnicas, que aunque los modales del lector son exquisitos y nadie pregunta, yo sé que en el fondo os morís todos porque escriba mi segunda parte del viaje a Chiapas.
A diez de julio, estamos con las vacaciones por estrenar y la palabreja de marras pululando en el ambiente (se nota, se siente): DESCONECTAR. Por un lado están los que desconectan y por otro los que cargan las pilas. Sinceramente, no sé en qué árbol ahorcarme. No sé si es que me hago mayor o que el espíritu de Alfonso Ussía se ha apoderado de mí, pero lo cierto es que la gente que habla de "desconectar" o de "cargar las pilas" a mí me parece una cursi redomada. Hala, ya lo he dicho.
Hay una subespecie peor. Son los que por "desconectar" se refieren literalmente a apagar el móvil, especialmente por miedo a que las redes sociales les consuman ese preciado tiempo en el que tienen que estar "desconectando". Al final, y aunque a algunos quizá les sorprenda, resulta que uno tiene mucho más tiempo libre en el chiringuito o en la tumbona para curiosear las redes sociales que en su trabajo. Salvo determinadas vacaciones en Ibiza, parece ser que uno no se está divirtiendo intensamente todo el tiempo (e incluso se aburre a la hora de la siesta) y maldice con todas sus fuerzas el momento en el que se autoprometió no tocar las redes sociales. Maldice mucho más aún el momento en el que, además, anunció en redes sociales que no tocaría las redes sociales, y al final las toca,como a las Mamachicho. Las toca cada vez más.
En verdad, en verdad os digo, que no sois menos hombres, menos mujeres, ni menos veraneantes por usar Twitter en vacaciones. Además, ya están las compañías telefónicas para velar por vuestra ansiada desconexión. Cuando os fundáis los datos y no os funcione ni whatsapp, consideradlo una señal divina, relajaos y disfrutad.

En mi opinión, la desconexión sólo tiene un gran beneficiado, y es el amigo del veraneante. El sufrido amigo que antaño sólo cumplía condena una vez en la vida en la ahíta contemplación de las fotos de la luna de miel, se encuentra ahora atrapado en un fuego cruzado de fotos, cada cual más pretendidamente exótica que la del vecino, que justifique el más que probable año de mierda que llevan a sus espaldas sus autores. Y, ojo, que en un grupo de whatsapp la cosa, aunque entra en feroz competencia, se diluye, pero en un mano a mano no resuelves la papeleta con un par de emoticonos. Hay que dar conversación. O hacer nuevos amigos que "desconecten" de verdad.
Que cada cual se divierta como pueda, o como le dejen. Sin ser una yonki (o quizá sí), abogo por la naturalidad en cada aspecto de la vida. Creo que bastantes prohibiciones tenemos que tragarnos ya como para autoprohibirnos algo. Si uno no es capaz de autogestionarse en las redes, quizá ése sea el menor de sus problemas. Por mi parte, estaré también cargando las pilas... y entre ellas las del móvil.