En contadas ocasiones, como ocurrió con Borja, un Cristo restaurado por una devota octogenaria consigue situar a un pueblo en el mapa. El resto de los mortales, sin embargo, tienen que currárselo un poquito más para llamar la atención.
Este es el caso de Miajadas (Cáceres). En Miajadas había un alcalde y ese alcalde tuvo un sueño: "quiero construir un tomate tan alto como la luna ¡ay, ay! como la luna". Y su sueño se hizo realidad.
No crean ustedes que aquello de construir un tomate fue una extravagancia megalómana. El tomate tenía su porqué ya que Miajadas es la Capital Europea del Tomate. El propósito estaba claro: convertirlo, cual toro de Osborne, en un punto de referencia y encuentro para aquellos que transitasen la A5 (conexión Madrid-Lisboa). En definitiva, facilitar que un camionero pudiera decirle a otro "quedamos en el Tomate de Miajadas".
¿Cómo se construye un tomate gigante en tres pasos?
1. El diseño. El consistorio eligió "su tomate" mediante maquetas con diversas propuestas. Ganó la de la derecha, pipo con pelos tiesos.
2. La estructura. Se emplearon serchas de redondo de acero, siendo cada sercha diferente para dar más realismo y sensación de "tomate orgánico". Se tuvo en cuenta la inclinación en la parte superior del tomate para facilitar el desagüe con la lluvia.
3. El acabado. Se recubrió la estructura con una malla, sobre la malla se proyectó espuma de poliuretano, y, tras el modelado, se impermeabilizó y se pintó con pintura especial para vehículos.
El tomate quedó reprecioso, sólo faltaba llevarlo hasta su emplazamiento, a unos 3km del pueblo. El recorrido duró una hora. Sus medidas son: 5m de diámetro, 4m de altura, 12m de fuste y 2 toneladas de peso.
Y dirán ustedes.. ¿cómo sabe la boticaria tanto del tomate de Miajadas? Muy sencillo: el diseñador del tomatazo es mi tío Migue. Cuando nos enseñó el proyecto, allá por el año 1999, me pareció que había que ser muy molón para hacer algo así. Y 15 años después, lo sigo pensando.